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Cuéntame un cuento

La Aventura de los Nuevos Retos

Mateo era un niño curioso y lleno de energía que vivía con sus padres, Laura y Marcos, en una pequeña ciudad. Los fines de semana, le encantaba visitar a sus abuelos, don Antonio y doña Carmen, quienes vivían en una acogedora casa en el campo, rodeada de árboles altos y un huerto lleno de flores y verduras.

Una tarde soleada, Mateo llegó corriendo, con una expresión de preocupación.

—¡Abuelo! ¡Abuela! —gritó—. Tengo un problema. En la escuela me eligieron para leer en voz alta durante la asamblea. ¡Nunca he hablado frente a tanta gente!

El abuelo Antonio sonrió con ternura y lo invitó a sentarse junto a él en el porche.

—Ven, Mateo. Déjame contarte una historia sobre los retos. A veces, las cosas nuevas pueden dar miedo, pero son oportunidades para aprender.

Capítulo 1: La Primera Cosecha

El abuelo recordó la primera vez que él y la abuela intentaron plantar tomates en su jardín.

—Nunca habíamos cultivado tomates —dijo—, y los primeros brotes crecieron torcidos. ¡Hasta los pájaros se burlaban! Pero en lugar de rendirnos, investigamos, aprendimos a usar guías para las plantas y, finalmente, cosechamos los tomates más rojos y jugosos.

—¿Qué aprendiste de eso? —preguntó Mateo, curioso.

—Que cada error es una lección. Si te preparas, puedes convertir tus miedos en logros.

Capítulo 2: El Viaje del Gato Valentín

Doña Carmen se unió a la conversación y contó la historia de Valentín, su gato travieso.

—Cuando era pequeño, Valentín tenía miedo de salir al jardín. Se escondía debajo de la cama cada vez que escuchaba el viento. Un día, le mostramos cómo el jardín estaba lleno de cosas maravillosas: mariposas, flores, y lugares donde descansar al sol. Valentín empezó a explorar, paso a paso, hasta que el jardín se convirtió en su lugar favorito.

Mateo sonrió imaginando al gato explorador.

—¿Qué hizo que Valentín dejara de tener miedo?

—La curiosidad y el apoyo de quienes lo querían —respondió la abuela—. Igual que nosotros estaremos contigo cuando enfrentes algo nuevo.

Capítulo 3: Practicar para Triunfar

—¿Qué te parece si practicamos? —sugirió don Antonio—. Imagina que este porche es el escenario de tu escuela. Tú eres el orador, y nosotros, el público.

Mateo se puso de pie. Al principio, sus palabras salieron temblorosas, pero los aplausos de sus abuelos lo animaron. Después de varias repeticiones, su voz sonaba fuerte y segura.

—¡Lo hiciste genial, Mateo! —celebró la abuela Carmen—. Practicar es como entrenar para una aventura. Cuanto más lo haces, más fuerte te sientes.

Epílogo

El día de la asamblea, Mateo recordó las lecciones de sus abuelos. Respiró hondo, imaginó que sus padres y sus abuelos estaban allí para apoyarlo, y leyó con confianza. Al final, el salón se llenó de aplausos.

Cuando regresó a casa, corrió a contarles su victoria a don Antonio y doña Carmen.

—¿Ves? —dijo el abuelo con una sonrisa—. Los retos pueden ser difíciles, pero siempre traen recompensas si los enfrentas con valentía.

Desde ese día, cada nuevo desafío era una oportunidad para Mateo. Sabía que, con práctica, apoyo y una pizca de curiosidad, podía conquistar cualquier reto que la vida le presentara.

María Requena

Abuela de 3 nietos, vive en Hospitalet (Barcelona)    

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