“No me rechaces en mi vejez, no me dejes cuando mi fuerza se pierde … A pesar de mi vejez y mi pelo encanecido, tú, oh Dios, no me abandones, hasta que anuncie tu poder a esta generación, tu fuerza a todos sus descendientes.” (Salmo 71: 9,18)
Acabo de cumplir 66 años y la vejez es ya una realidad en mi vida. Siempre agradezco los comentarios de aquellos que desean quitarle importancia a mi etapa vital; a mi , realmente no me preocupa.
Primero, porque he vivido una vida plena y solo tengo agradecimiento a Dios, por lo bueno y por lo menos bueno. Porque ambas cosas ha usado el Señor para formarme y generar el tipo de persona que soy.
Segundo, porque la vejez, descrita con expresiones caritativas del tipo: años dorados, una nueva juventud, la tercera edad, etc, tiene una misión muy claramente definida tal y como la entiendo en estos versículos. A saber, esforzarnos por transmitir la historia del Señor Jesucristo y las grandes cosas que ha hecho por nosotros, a nuestros hijos y a nuestros nietos. ¡Qué bello e increíble ministerio!
Ministerio al que no pienso renunciar ni aunque me maten. Anunciar a Andreu, Jaume Andreu y a la niña que está por venir, la gran historia de amor del Señor por ellos y para ellos.
Cuando el objetivo está claramente definido, uno puede hacerse las preguntas claves: ¿Cómo lo haré; qué oportunidades aprovecharé? ¿Cuáles crearé para conseguirlo?
Y tu, abuelo, ¿Cómo piensas llevar a cabo esta misión?
Gracias Felix!!!! me uno a tu deseo y misión de dejar un legado a nuestros nietos más allá de lo material
Gracias Félix!!!! Yo también opino como tu y es mi deseo poder ejercer este ministerio no sólo con palabras si no también con ejemplo.
Que Dios nos ayude
Gracias Félix, totalmente de acuerdo. Que privilegio tenemos los abuelos.
No puedo estar más de acuerdo contigo Felix ¡Que bello e increíble ministerio tenemos por delante con nuestros nietos!
Gracias!! Por compartir estas vivencias que nos estimulan a siguir siendo referentes a nuestros nietos