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Editorial

5 razones por las que amamos a nuestros nietos

Seguro que, si sois abuelos pensaréis,  “¿Sólo cinco? ¡Si se me ocurren cinco mil!

Estoy plenamente de acuerdo. Empecemos por estos cinco. Celebremoslos y si quieres, añade en el apartado de comentarios cúantos se te ocurran a ti.

El amor hacia los nietos es una experiencia única, profundamente gratificante y significativa. Es evidente que amamos a nuestros nietos de manera diferente a como amamos a nuestros hijos. No es más amor ni menos amor, sólo diferente. Sospecho que en parte se debe a que, a medida que envejecemos y maduramos, vemos el mundo de otra manera.

Cada nieta, cada nieto es único y los hemos de amar a cada uno en el lenguaje que ellos entiendan el amor. Así no solo los amaremos sino que ellos se sentirán amados.

Yo tengo 6 nietos. A uno le encanta el fútbol; a otro el básquet; a otra el voleibol; a otro leer; a otra bailar; a otro cantar; a otro cocinar, etc. Todos son diferentes. Es divertido ver lo que les gusta y lo que no y sus razones particulares. Cada persona que se acerca a ellos los ve de una manera diferente. Algunos dirán que se parecen a su madre, otros a su padre, a sus abuelos maternos o paternos. Otros jurarán que se parecen más a algún pariente perdido hace mucho tiempo del que sus padres ni siquiera han oído hablar. No importa. Alguien ha dicho: “Nuestros nietos son perfección traída del Cielo en alas de un ángel.”

A continuación te presento algunas de mis cinco razones por las cuales experimento un amor especial hacia los nietos.

  1. Vínculo emocional único.- El lazo entre abuelos y nietos es único y muy especial. Sentimos un amor incondicional y profundo hacia ellos. Me decía recientemente una de mis hijas: “los padres nos queréis mucho pero estáis enamorados de vuestros nietos.” No le quito la razón. Los nietos representan la continuación de la familia y la conexión entre generaciones. Su presencia proporciona y crea un vínculo emocional difícil de explicar y un lazo afectivo que trasciende en el tiempo y fortalece la unidad familiar.
  1. Alegría y vitalidad – Los niños aportan, en general, una energía natural desbordante y una alegría contagiosa. La presencia de los nietos ilumina la vida de los abuelos, proporcionando momentos de risas, juegos y diversión que contribuyen a un ambiente positivo y enriquecedor. Interactuar con su espontaneidad y a veces con su inocencia trae consuelo y felicidad a los abuelos.
  1. Apoyo y cuidado – Los abuelos a menudo brindamos un nivel adicional de apoyo y cuidado a los nietos. Ya sea ofreciendo ayuda en el cuidado diario, siendo una presencia constante en sus vidas o brindando orientación emocional y espiritual. Y esto, los nietos lo notan y agradecen. Los abuelos desempeñamos un papel crucial en el bienestar de los nietos.
  1. Oportunidad de crear recuerdos duraderos – Los abuelos tenemos la posibilidad de ser parte integral de los recuerdos y experiencias formativas y vitales de los nietos. ¿Quién no se acuerda de alguna historia explicada por su abuelo; de alguna comida especial de su abuela, o de algunos momentos felices en su casa? Al compartir tiempo juntos, ya sea en vacaciones, celebraciones o temas cotidianos, se crean recuerdos duraderos que enriquecen la vida de ambas generaciones. Tenemos un papel fundamental al transmitir creencias, valores y tradiciones, permitiendo a los nietos aprender de las experiencias de vida de sus mayores.
  1. Renovación de la juventud: La interacción con los nietos puede aportar una sensación de renovación y vitalidad a la vida de los abuelos. Participar en actividades, juegos, ver y explorar el mundo a través de los ojos de los nietos puede traer una frescura y energía que rejuvenece a los abuelos, permitiéndonos experimentar la vida de una manera nueva y emocionante.

En conclusión, el amor por los nietos es multifacético y se basa en conexiones emocionales únicas. Se nutre de la alegría compartida, de la conexión emocional expresada, de la transmisión evidente y honesta de nuestros valores y de nuestra fe, y así tener la posibilidad de influir positivamente en las vidas de las generaciones futuras.

Amar a los nietos intencional e incondicionalmente está vinculado, muy a menudo, a la satisfacción de ver crecer a la familia de una manera sana y sólida y así contribuir al legado familiar.  El amor no hace daño a nadie. Nunca amamos ni amaremos demasiado.

     “El amor es el mejor regalo que una generación puede dejarle a otra.”

“Que el amor sea sin fingimiento…Amaos unos a otros con un afecto genuino.”  Apóstol Pablo (Rom. 12.9,10)

Nota: ¿Cuáles son vuestras razones principales para amar a vuestros nietos?

Compártenoslas, por favor…

Víctor Miron

Orientador Familiar. Máster Educación Familiar. Nacido en Barcelona, casado, tiene 3 hijos y 6 nietos.

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