Se acabó el curso escolar. Su final marca un hito importante en la vida de los niños y de sus familias. Es un momento de celebración por los logros alcanzados, y quizás de recoger algunas calabazas ganadas a pulso. Es también un tiempo de despedidas a los compañeros y profesores y de dar la bienvenida a las merecidas vacaciones de verano.
A la vez, y como me decía recientemente una madre: “empiezan las vacaciones de los hijos y se acaban las mías”. Para muchos la dinámica familiar en tiempo de vacaciones estivales se vuelve complicada y a veces insoportable, aunque esté llena de situaciones y experiencias hermosas que se almacenan en nuestros depósitos de recuerdos y también de fotos en nuestros móviles. Suena igual cada año, ¿verdad?
Pero, ¿y para nosotros, los abuelos, qué representa este tiempo? En general, los abuelos somos los eternos canguros de los días que van entre el final de la escuela hasta que los padres de nuestros nietos empiezan las vacaciones (en nuestro país, suele coincidir con el mes de Julio). Entonces los nietos se van con sus progenitores. Y nosotros, los abuelos, a descansar por la puerta trasera, y si te he visto, no me acuerdo!! Hasta luego Lucas, nos vemos en septiembre.
Este periodo también representa otra oportunidad única para pasar tiempo de calidad con los nietos. Con la agenda escolar y extraescolar ya superada, los niños tienen más tiempo libre para disfrutar de actividades en familia, pudiendo crear momentos compartidos durante el verano que se convertirán en recuerdos invaluables y que ellos atesorarán en el futuro.
El fin del curso escolar, y las vacaciones debieran ser otra ocasión de oro para apoyarnos unos a otros y sacar el máximo provecho para la solidez y felicidad de nuestra familia. Aprovechemos, pues, al máximo este tiempo y disfrutemos de la compañía con nuestros nietos. Ellos crecen. El verano pasa. La vida sigue, pero los recuerdos y las experiencias vividas quedan grabados en la memoria de todos.
Una nota de atención para estos días especiales: Evitemos el exceso de programas y actividades. No es cuestión de llenarles todo el día. Es importante encontrar un equilibrio entre el tiempo en familia y el tiempo individual. Asegurémonos de que los nietos tengan tiempo para sus propios intereses y pasatiempos. Así, evitaremos el cansancio y la sobrecarga. Y para nosotros, que nos quede un buen sabor de boca y no un sabor agrio o de uuff por fin se han marchado.
Las vacaciones pueden ser una oportunidad maravillosa para reconectar y disfrutar juntos, siempre y cuando planifiquemos este tiempo con antelación y a la vez nos demos permiso de ser flexibles y de cuidarnos a nosotros mismos en el proceso. Ánimo y sigamos haciendo esas valiosas y únicas contribuciones a la vida de nuestros nietos. Día a día. Verano a verano.
¡Gracias por todo lo que haces y buen verano!
¿Qué recuerdos tienes del verano de tu infancia y con alguno de tus abuelos? Nos gustaría conocerlos y también tus comentarios.
Nota: En este SPA NEWS Cesca Planagumà nos presenta algunas ideas (TIPS) de actividades para aprovechar al máximo este tiempo veraniego con los nietos. No os las perdáis!!