Es una regla no escrita que las verduras y las frutas, cuanto más coloridas, más apetecibles son.
En el caso de las judías verdes el truco es sencillo: hay que sumergirlas en agua fría y hielo tras hervirlas. Así conservar su color original.
Para acabar con el característico (y a veces desagradable) aroma que desprende la coliflor existen también un par de remedios infalibles.
Basta con echar una cucharadita de leche o un trozo de limón en el agua de cocción.
Huevos
A la hora de cocinar huevos, ya sean fritos o cocidos, la clave está en la sal. Añadir una pizca en el agua mientras se cuecen dificulta que se rompa la cáscara, pero facilita su posterior retirada. Asimismo, un poco de sal o de harina en la sartén evita que salpique el aceite caliente a la hora de freírlos.
Para salvar los guisos y caldos
Caldos o guisos salados? La solución está en incluir en la cocción una patata pelada entera.