El león y el ratón es un cuento popular que ha sido transmitido oralmente durante generaciones y adaptado a diversas culturas e idiomas a lo largo del tiempo. También conocido como El ratón y el león, esta breve pero profunda historia lleva un mensaje sobre la importancia de la gratitud, la bondad y la reciprocidad.
Esta narración enseña a los niños y adultos valores como la humildad, el respeto y la gratitud, recordando que nadie es demasiado pequeño o insignificante para hacer una diferencia. El cuento subraya que las buenas acciones pueden ser recompensadas y que la bondad y cooperación son fundamentales en las relaciones humanas, manteniéndose como una historia popular y atemporal.
Cuento de El león y el ratón
Un día, dos ratones estaban jugando alegremente. Allí mismo a la sombra de un árbol, había un león intentando dormir la siesta, pero los ratones eran tan escandalosos que no se conseguía dormir.
En uno de sus juegos los ratones pasaron por encima del león. El león, enfadado ya por no poder dormir, se enojó aún más por esa falta de respeto que le mostraban los ratones. Y levantándose de repente logró rodear a uno mientras el otro huía despavorido.
El león cogió al ratón que había atrapado y, por su sorpresa, el ratón le habló:
- León, si me perdonas la vida, te serviré siempre que necesites mi ayuda.
El león primero se quedó perplejo, ¡pero rápidamente estalló en la risa!
- ¿Tú? ¡Un pequeño y minúsculo ratón ofreciéndome ayuda a mí! ¡El rey de la selva!… ¡Anda ve! ¡Ve!
Y de tanta gracia que le hizo, le soltó.
Cuando ya había pasado bastante tiempo, el mismo león iba despistado por la selva cuando cayó en una trampa puesta por un cazador. Quedó colgado de un árbol en una red y, por mucho que lo intentaba no podía escapar y cada vez rugía más fuerte de rabia, tanto, que toda la selva temblaba.
El ratón sintió los rugidos y rápidamente acudió a donde estaba el león para cumplir su promesa. El rey de la selva seguía desconfiando de un pequeño ratón. Pero el ratón, rápidamente, se encaramó hasta donde estaba el león y empezó a roer la red. Y mordisqueó y mordisqueó hasta que la red se rompió y liberó al león.
Y el león dio las gracias al ratón, que además estaba muy satisfecho por haberle sido útil y haber podido ayudar al león pese a la poca confianza que tenía en él el rey de la selva.
FIN