Dicen que la vida es “un ratito”. Parece que cuando una pasa de los 65 las Navidades llegan antes…justo acabas de guardar los adornos navideños, y ya tienes que volverlos a sacar.
¡Como me gustan estos días! A pesar de todo el trajín que los acompaña. Son días especiales en los que todo parece envolverse de este espíritu de hermandad, solidaridad, familiar, etc. Estaréis de acuerdo conmigo que, Navidad despliega un movimiento espectacular de música, luces, regalos, comida…de nostalgia, de reflexión, de bondad, de fraternidad, de generosidad, de abrazos, de felicitaciones…
Pero Navidad es mucho más que todo esto. Navidad significa NACIMIENTO. Estamos celebrando un nacimiento; el cumpleaños de alguien que irrumpió en un momento dado en nuestra historia de manera EXTRAORDINARIA.
Me encanta como el escritor y conferenciante José Luis Navajo lo cuenta:
“La Navidad no, es más, ni tampoco menos, que la historia de un Padre recorriendo una inmensa distancia para venir en busca de su hijo que se había perdido, y cuando lo encuentra lo toma en sus brazos, lo lleva a casa y enciende un millón de luces en el corazón del hijo que fue hallado…del hijo que fue, es y será amado”.
Queremos, a través de este Newsletter, hablar de la Navidad y aprovechar estos días para contar nuevamente a nuestros nietos la “historia” más grande, trascendental y singular que jamás haya existido.
¡Qué oportunidad tan hermosa nos brinda el calendario! Toda la ciudad, las calles llenas de luces, música, árboles navideños. Todo nos va anticipando que se acerca EL DÍA. Adornamos la casa y llenamos el frigorífico de la mejor comida, pero…cuidado en no olvidar al protagonista, al cumpleañero.
Queridos, si esperamos que lo que nos rodea, incluyendo los medios de comunicación como la televisión, radio, etc. anuncien y hablen del protagonista, estamos bien engañados. Cada vez más, ésta, nuestra fiesta, la fiesta de los cristianos es enmascarada por lo insignificante, ignorando lo trascendental.
Hemos sacado al “niño” del pesebre y nos hemos quedado con la fiesta.
¡Perdonad, pero…en Navidad toca hablar de JESÚS!
Navidad es una historia de amor lejos de ser un hecho comercial, una fantasía o un cuento de hadas.
Es el amor de Dios expresado en la persona de Jesús. ¡¡Dios visitándonos!! Dios tomando parte en nuestra historia. ¡¡Tremendo!!!!
En estos días muchos de nosotros nos vamos a sentar alrededor de una mesa y vamos a celebrar, de una manera u otra, la Navidad.
¿A quién invitarías a tu mesa?
Jesús nos invita a Su mesa…una mesa que ha preparado para ti.
En la mesa de Jesús TODOS somos bienvenidos. No importa de dónde vengamos; no importa la raza, el color de piel, la cultura, la religión, tu vida pasada. Él espera poder cenar contigo.
En todas las mesas donde Jesús fue invitado sucedieron cosas extraordinarias …vidas perdonadas, amor demostrado, restauración de relaciones, sanidad…
Esto es lo que ocurre exactamente en Navidad cuando le invitamos a sentarse en nuestra mesa. Él dice: “Yo estoy a la puerta y llamo, si oyes mi voz y abres la puerta de tu vida, yo entraré y cenaré contigo.”
¿Cuánto darías por cenar una noche con Jesús? Una noche tu y Él a solas.
No hay Navidad sin Jesús. Él es la razón de la Navidad.
Navidad es, a pesar de querer silenciar su significado, el megáfono que nos traslada a la historia más grande, singular, significativa y de efecto trascendental que nunca jamás ha existido ni existirá.
La Navidad nos invita a reflexionar sobre el significado más profundo de la vida, más allá de las creencias y las dudas.
Se trata de recibir el regalo de Dios para ti y para mí, Jesús.
En medio de la incertidumbre y el escepticismo, la Navidad aterriza para recordarnos que Dios nos ama, a pesar de NOSOTROS.
Queridos compañeros de SPA, centremos nuestro pensamiento en Jesús. Aprovechemos el entorno que nos lleve a volver a contar a nuestros nietos quien es Jesús para mí, el abuelo, la abuela y que lo que vean en estos días colabore en acercarlos más al Emmanuel, Dios con nosotros.
¡¡¡Feliz Navidad!!!! ¡¡¡Feliz Nacimiento!!!